"Quizá era porque allí imperaba una calma que yo jamás había experimentado. No es que simplemente no hubiera ruido, sino que unas capas de silencio llenaban el corazón del profesor cuando vagaba por el bosque de lo números, indiferente a los cabellos caídosy al moho que todo lo invadía.
Era un silencio transparente, como un lago escondido en el fondo de un bosque."
"Pues bien... le seré franca. Tiene trastornos de memoria. No es que esté ido. Digamos que las neuronas le funcionan normalmente, pero hará unos diecisiete años se le averió una parte del cerebro y perdió la facultad de recordar las cosas. Se golpeó la cabeza en un accidente de tráfico. Su memoria se acaba en 1.975. Desde entonces, por más que intente acumular nuevos recuerdos, se le borran enseguida. Recuerda teoremas y fórmulas matemáticas que él mismo descubrió, pero no es capaz de recordar lo que cenó anoche.
Para entendernos, es como si en su cabeza sólo pudiera ponerse una cinta de video de ochenta minutos. De tal manera, que si graba encima de esa cinta, los recuerdos anteriores grabados hasta entonces van desapareciendo. La memoria de mi cuñado no dura más de ochenta minutos. es decir, para ser exactos, una hora y veinte minutos. "
PD.- Fragmentos extraídos del libro "La fórmula preferida del profesor", de YOKO OGAWA .